viernes, 5 de diciembre de 2014

Salvavidas.

 No se puede empezar un poema
o un intento de ello
diciendo que no se sabe algo
o sí
Pero nadie conoce los límites
de este desastre en forma de papel
y lágrimas.

No me dí cuenta nunca de que abandonarte a tí
Iba a significar hacerme esto a mí.

Ni si quiera una canción tan desesperada como la de Neruda sabría definírmelo,
sabría recomponer cada costilla rota
por la presión a mis pulmones amenazando al corazón
que quería dejar de latir.

Que fuimos supervivientes de romA
pero que en mi permanecen las secuelas
que las ruinas se esconden detrás de cada gesto
y que ya no queda antídoto para tanto desastre.

Pero sí poesía,
poesía y poetas naufragando a la deriva 
sin rumbo
pero con salvavidas.

Aunque si pudiera darte el mío...

olvídalo
ya sabes la respuesta.