Y alguna vez quizá encuentre el motivo y las mil y una razones que me quedan para mantenerme a flote así
con una sonrisa.
Pero y tantas veces olvido los motivos para mantenerla
que se pierden más que yo entre tus sábanas
que me consumen más que un cigarro en la boca de algún poeta buscando sus versos en una noche de este frío invierno
y que me rompen cual vaso roto después de una caída involuntaria.
Y es que parece mentira la cantidad de veces que se me olvida sonreír,
que se me olvida querer
olvidar, curar y
avanzar.
Pero de esto se trata y no hay más
ya solo me queda pensar
en ese folio en blanco que nunca escribiré
en ese bolígrafo sin tinta
y en un corazón sin heridas
(ojalá).
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