martes, 12 de mayo de 2015

A gritos de esperanza.

Se atiborran de quizás que nunca llegan
y se asoman mirando al mundo con un gesto frío como su sangre
mientras la mañana llega 
y "su país"
sigue igual.

Y no,
no verán sus bolsillos deshacerse por hacer más felices otros
aunque fusilen sus ideas 
y hagan encender revólveres 
ellos seguirán vis a vis con la lujuria
y nosotros con más manos juntas.

Porque hoy he visto a un niño sonreír
y parecía que no tenía ni un motivo para vivir
y ¿sabéis?
esperanza.

Hoy he sabido que corre esperanza,
hoy corren mareas del nunca es tarde,
de revolución.

Y nosotros no tenemos nada que perder... 

tic tac, cambio.