He visto a las calles de Madrid
enmudecerse cuando pasas,
he visto la salida al final del túnel
y cómo volvían a cerrarla.
Te he visto ser grande
y a la vez pequeño,
te he visto riendo
a pesar de las vistas.
Te he oído quejarte
por el color de los árboles
desde tu ventana,
te he oído ser negativo
y otras mil veces positivo.
He creído en los de las batas blancas
y he visto como a veces
ni ellos saben lo que hace falta.
He visto a papá
no dormir por las noches
y he visto a mamá
no saber cómo animarle.
He viajado a Madrid
y los árboles no sonríen como antes
desde que tú tampoco lo haces.
He conocido el dolor por ti
de un padre,
de una esposa,
de dos hijas,
el dolor de un hermano,
y bueno,
en parte
a mi manera
el de una sobrina.
Y esa soy yo,
la que ahora escribe esto.
La que dice
que no todos los héroes
llevan capa,
porque tú no la llevas
pero has luchado como si la tuvieras.
Porque no bajas los brazos
porque sigues sonriendo
a pesar de la rutina
de los días sin final.
Gracias,
por seguir luchando tío,
que ahora veo la salida
y la cura,
más cerca que nunca.
Increible. Sin palabras, de verdad.
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