Guerra
Guerra
Guerra
y de repente paz cuando ENTRAS por la puerta.
He aprendido que a veces necesitamos que nos rompan las alas
para poder echar a volar.
Y eso lo aprendí contigo.
Tantos artefactos en el corazón
que daban paso a palabras frías de destrucción,
palabras de cuentos
que en realidad llevaban peso.
Nos creímos inmortales
y ahora no entra luz por mi ventana
porque no veo el sol con tus mentiras.
Maldito cobarde.
Me recuerdas al gran hipócrita
que llora
para que la gente crea en él.
He aprendido que a veces
hay que jugársela a amor o muerte.
Y contigo hace tiempo que cavé mi tumba.
Pero ahora soy ave fénix,
porque resurjo de tus escombros.
Hoy me lanzo a la vida,
antes de que abandone a mis ojos.
Así que...
Guerra
Guerra
Guerra
y de repente paz
cuando SALES por la puerta.
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