sábado, 21 de noviembre de 2015

Que no

Que no quiero guerras donde el héroe es el villano.
Que no quería llorar.

Que no.

Que no quiero que me digas lo bonita que iba hoy a clase, porque quiero que antes ya me hayas abrazado y mirado como sólo tus ojos miran, como las olas al mar.
Y no haya nada más bonito.

Que no.

Que no quiero ser tu niña.
Porque quiero ser la mía, mi niña pequeña.
Y que tú juegues conmigo a los tazos y a la hora siguiente me estés abrazando sin ropa.

Que no.

Que no quiero que vuelvas a sonreír cuando me vaya y le sonrías a otra, porque quiero ser todas tus otras y también quiero ser yo.
Como ninguna otra.

Que no.

Que no quiero velas, ni que me invites a cenar.

Quiero ser tu desayuno porque ni si quiera anoche pudimos empezar a cenar.

Que no.

Que no quiero planear el día de nuestra boda,
que no quiero bodas.

Que el único lazo que quiero que te apriete y te amarre sea el de una corbata en mi falda.

En tu casa.

Que no me vas a llevar del brazo, porque no soy un trofeo.

Porque quiero que ningún trofeo merezca más la pena que mis legañas cada mañana en tu almohada y que bailemos.

Sí.

Que bailemos,
porque eso haremos cuando te diga que no puedo.

Me sacarás a bailar.

Y entonces nadie podrá decirte que no
cuando me mires.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Maldito cobarde

Guerra
Guerra
Guerra
y de repente paz cuando ENTRAS por la puerta.

He aprendido que a veces necesitamos que nos rompan las alas
para poder echar a volar.

Y eso lo aprendí contigo.

Tantos artefactos en el corazón
que daban paso a palabras frías de destrucción,
palabras de cuentos
que en realidad llevaban peso.

Nos creímos inmortales
y ahora no entra luz por mi ventana
porque no veo el sol con tus mentiras.

Maldito cobarde.

Me recuerdas al gran hipócrita
que llora
para que la gente crea en él.

He aprendido que a veces
hay que jugársela a amor o muerte.

Y contigo hace tiempo que cavé mi tumba.

Pero ahora soy ave fénix,
porque resurjo de tus escombros.

Hoy me lanzo a la vida,
antes de que abandone a mis ojos.

Así que...

Guerra
Guerra
Guerra
y de repente paz
cuando SALES por la puerta.

lunes, 15 de junio de 2015

Soy acantilado y tú te tiras.

Has sido tantas veces agua
que no recuerdo la sequía en mis pupilas
desde que no estás.

Soy acantilado
y tú te tiras.

Te tiras sin frenos
buscando una huida,
un viaje con billete de ida
y yo esperando dos de vuelta.

Rompes a tu paso cada pedacito de ti (conmigo),
te pierdes en la inmensidad de cada árbol que llora cuando te ve pasar
sabiendo que has provocado mil incendios en cada despedida
y sin saber
que no había llama más imposible que la de tus ojos
cuando me mirabas dormir.

Y mientras,
yo
buscándote en cada ojalá
en cada regreso que nunca se producirá.

Hoy miro a los árboles
y me recuerdan a ti.

Las hojas caídas somos nosotros.

Y las raíces
es todo lo que aún me queda a mi
de ti.

Pero no lo olvides,
yo nunca fui de reconstruir puzzles
y menos cuando me faltan piezas;
y esta vez no eres tú,
soy yo.

martes, 12 de mayo de 2015

A gritos de esperanza.

Se atiborran de quizás que nunca llegan
y se asoman mirando al mundo con un gesto frío como su sangre
mientras la mañana llega 
y "su país"
sigue igual.

Y no,
no verán sus bolsillos deshacerse por hacer más felices otros
aunque fusilen sus ideas 
y hagan encender revólveres 
ellos seguirán vis a vis con la lujuria
y nosotros con más manos juntas.

Porque hoy he visto a un niño sonreír
y parecía que no tenía ni un motivo para vivir
y ¿sabéis?
esperanza.

Hoy he sabido que corre esperanza,
hoy corren mareas del nunca es tarde,
de revolución.

Y nosotros no tenemos nada que perder... 

tic tac, cambio.

sábado, 11 de abril de 2015

Querido amigo.

Pum,
pum,
pum.

Constante
a cien mil por segundo.

Lo bonito sería
que hubiera otro pum,
al otro lado
esperando calmarte ese latido.

Ni siquiera yo sé calmarlo,
ni entenderlo
es estúpido hacerlo cuando ni siquiera se mantiene en vida
cuando no entiendo de dónde le quedan ganas de seguir latiendo
cuando está a pedazos repartidos en tu habitación.

Se siente como si quisiera tirarse de un avión
a dos mil kilómetros del suelo
y que no funcione el paracaídas.

O que ni siquiera quiera abrirlo.

A veces pienso en encerrarte en una jaula,
los barrotes llenos de recuerdos
y un montón de besos que ya no vas a sentir.

Y es que ya hice de ti tripas, corazón
y acabaron explotando.

Querido amigo,
para.

Para que nos estamos hundiendo y el timón hace tiempo que lo dejamos enterrado,
como lo nuestro.

Para porque te has empeñado en seguir buscando un mapa donde perderte y ya va siendo hora de dejar los deportes de riesgo,
que nadie va a volar para buscarte,
nadie va a correr para quererte
y mucho menos nadie va a dar la vida por renconstruirte.

El pasado siempre volverá para morderte el culo,
y ahí

tendrás que demostrar que eres el más veloz, valiente y sano
corazón.
Aunque ni yo me lo crea.

Se acabaron las resacas de recordarte,
querido amigo,
prometo devolverte las alas,
pero esta vez serán solo mías.


Prometo que va a llegar el día en el que no lo estemos haciendo tan mal
y no andemos tan perdidos
y tengamos unos ojos donde reflejarnos
y decir
joder
veo un corazón
y apuesto el mío.

Ahora mi cabeza y tú tenéis una reconciliación pendiente,
sois las únicas ruinas que sigo manteniendo vivas
y de momento no pienso volver a dejaros en otras manos
que no sean las mías.

Querido amigo,
voy a rendirme.
Jaque mate,
corazón.

martes, 17 de marzo de 2015

Me gusta(bas)

Me gustabas a escondidas
a medias 
sin peros ni despedidas.

Me gustabas; 
y en presente
a rabiar
a matar
-aún-
me gustas. 

Me gustaba el carmín corrido en mis labios
el rojo que se quedaba en tus labios después de declararnos la guerra bajo las sábanas y 
correr.
Nos.

Y tú eras mi tregua
eras Suiza entre mis piernas
eras las calles que aún recuerdan tus besos,
tus caricias y tu manera de apartarme el pelo.

Me gustabas, 
y en pasado
nos fuimos.

Nos deshicimos y ahora el invierno se acaba
y yo no dejo de sentir frío.

Quizá la poesía me salve, 
pero lo que se va no vuelve
¿y ahora qué?
me quedo con los gritos en tu colchón
con las ganas de revolución
con la derrota entre mis manos 
y una huida sin adiós.

Me gustabas; 
y en presente
ya da igual.

martes, 27 de enero de 2015

El reloj del cambio.

Hoy Grecia llora
y por suerte
de alegría.

Llamémoslo esperanza,
o la austeridad
en camino a desvanecerse.

Un soplo de aire libre
de manos limpias
han recorrido las calles de Atenas.

Mientras aquí,
algunos le rezan y se arrodillan
ante un Dios que nunca supo partirles la cara
ante sus injurias y corrupciones,
son aquellos ingenuos que quisieron ser héroes
y se acabaron conviertiendo en los más viles villanos.

Si,
ellos rezan
para que ese soplo de aire libre
no llegue hasta sus raíces,
no llegue hasa su falsa democracia,
no llegue a su teatro lleno de drama.

 Y mientras,
en las calles de ese país
que tanto dicen adorar,
lloran quienes merecen más
que un simple "mejorará"
"todo va ir bien".
Necesitan ver un AHORA,
un todo YA va bien.

Así que,
que les jodan
y que ojalá
el reloj del cambio se escuche pronto en España.